miércoles, noviembre 29, 2006
Doctrina y Errores Cristológicos de los primeros siglos
1) Los Símbolos de la Fe y su Raigambre Bíblica.
a) Símbolo – σύμβολον –
La palabra griega σύμβολον significaba la mitad de un objeto partido (por ejemplo, un sello) que se presentaba como una señal para darse a conocer. Las partes rotas se ponían juntas para verificar la identidad del portador [1]. Significaba también recopilación, colección o sumario.
El «símbolo de la fe» es una señal de identificación y de comunión entre los creyentes. El símbolo de la fe recopila las principales verdades de fe[2] (Cf. CEC. 188).
b) Homologías – o,.mologia–
Surgen en el Nuevo Testamento las denominadas o,.mologiaj [3], p.e. Mc 15,39: «Verdaderamente ... era el Hijo de Dios»; la de Pedro o la de la hermana de Lázaro.
Además existen de:
– Aclamación: Rm 10,9-10: «Jesús es Señor»;
– Fórmula de fe: Hch 18,5: «El Cristo era Jesús»;
– Hechos salvíficos: Rm 14,15;
– Himnos: Flp 2,11:«Jesús es Señor».
Al ir paulatinamente señalando las características de cada Persona divina, se van entregando definiciones que son el fundamento de las futuras Definiciones Dogmáticas, p.e. de Nicea (325), Constantinopla I (381).
2) La cristología según el Adopcionismo y Subordinacionismo[4].
El trasfondo de las herejías es salvar el monoteísmo.
a) La cristología según el Adopcionismo:
Su representante es Pablo de Samosata
En la doctrina adopcionista, la vinculación de Jesús con Dios se inscribía en la misma categoría que la elección de los profetas. En el bautismo en el Jordán habría descendido el Espíritu sobre Jesús y de este modo, y a través de él, se habría manifestado Dios. Pero Jesús sería simplemente un hombre a quien Dios confió una misión reveladora.
b) La cristología según el Subordinacionismo:
Su representante Luciano de Antioquia
El subordinacionismo es una doctrina que, con el fin de mantener con seguridad la unicidad de Dios, sostiene que el Hijo y el Espíritu Santo son en alguna manera inferiores al Padre, o no son consustanciales con él.
3) El Gnosticismo del Siglo II [5].
Gnósticos importantes: Valentín y Cerinto
La visión fundamental de la gnosis[6] se apoya en la contraposición dualista entre un mundo espiritual y divino por un lado, y el mundo material, por el otro.
Esta autoliberación por el conocimiento es una postura radicalmente contraria a la concepción cristiana
Atribuye exclusivamente a Dios la acción liberadora y enseña que el mundo material y sensible es bueno y que, por tanto, Dios puede estar presente también en las realidades históricas del hombre Jesús. También la concreción de la mediación salvífica de la Iglesia en los sacramentos, en cuantos medios de la unión de las criaturas con Dios excluye cualquier menosprecio gnóstico del cuerpo y del mundo.
4) Arrio[7] y El Concilio de Nicea –Asia menor – (Símbolo Niceno)
El arrianismo es una doctrina herética sustentada por Arrio (+336), presbítero de Alejandría, según la cual la Segunda Persona de la Trinidad no es Dios por esencia, sino una criatura, la primera, tan íntimamente relacionada con Dios, que el Padre la adopta como Hijo.
Su doctrina se podría esbozar de la siguiente manera:
– Sólo existe un Dios, que no es creado ni es engendrado;
– Por lo tanto, todo lo que existe es creado;
– El Verbo, Jesucristo, es creado antes que todo lo existente; luego es creado de la nada:
– Por eso, el Verbo puede encarnarse, puede cambiarse en hombre y puede ser llamado incluso «Hijo de Dios» (en sentido honorífico).
Es una doctrina muy lógica y comprensible, para exponerla, Arrio se apoya incluso en ciertas citas de la Escritura que llaman a Jesús “menor” que el Padre (Cf. Jn 17,3[8]; 14,28[9])
La Iglesia responde frente al tema con el concilio de Nicea[10] (325), donde se formula una profesión de fe (DH 125) definiendo de una vez para siempre la divinidad de Jesús. Se introducen conceptos, no bíblicos. En el Credo se dice:
a. Que Jesús es el único Señor y es hijo de Dios. Jesús es el Hijo y el Señor; no hay ninguna diferencia entre el sujeto Jesús y el sujeto Hijo;
b. Se afirma que no es hecho o creado, sino nacido unigénito del Padre (engendrado); engendrado no creado.
c. Se afirma que es de la misma sustancia (o,moousion[11]) del Padre (no nace de “cualquier forma”, sino de la misma realidad eterna, invisible, omnipotente que el Padre, es decir, consustancial); es de la misma sustancia o naturaleza;
d. Se expresa la igualdad junto con la procedencia: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero.
e. El Hijo es el mismo que “descendió” por nuestra salvación. Este Hijo se hace carne y hombre, pero de tal manera que sufre y muere por los hombres.
5) Apolinar y El Concilio de Constantinopla I –381– (símbolo niceno constantinopolitano)
La divinidad de Jesús fue definida claramente, sin embargo, ahora cabe la pregunta: ¿era verdadero y totalmente hombre?, ¿era sólo carne, cuerpo, en que habitaba el Verbo?
a) Apolinar[12] (+390)
Obispo de Laodicea (Siria), manifestaba que la Escritura dice que el Verbo se ha hecho carne, lo que le lleva a decir que en Jesús no existiría el alma, el Verbo habría tomado el lugar del alma. Jesucristo no sería como los demás hombres, pues le faltaba el alma; la unión entre carne y Verbo es imposible; es como la unión de dos realidades de la que resulta un ser que no es ni Dios ni hombre.
De estas premisas se seguirían la siguiente: María ha engendrado un cuerpo, que sólo es divino al unirse con el Verbo;
b) Concilio de Constantinopla I
– Creemos en un solo Dios...;
– Jesucristo...Engendrado antes de todos los siglos;
– Bajó del cielo y se Encarnó
– se encarnó de MAría, la Virgen y se hizo hombre.
6) Nestorio y el Concilio de Efeso (431).
a) Nestorio[13]:
Nestorio, distingue en Jesucristo al Verbo y a Jesús, entonces dice que: María es madre de Jesús o de Cristo, pero no es Madre de Dios. Jesús o Cristo es el que murió, pero no murió el Verbo.
Distingue dos sujetos, dos personas: una divina, eterna, inmortal, todopoderosa: el Verbo; otra humana, mortal, histórica, humilde: Cristo o Jesús.
La Iglesia condena a Nestorio: primero lo hace el Papa Celestino (430) y también lo hace el concilio de Efeso, tercer concilio ecuménico (Cf. DH 250).
7) El Monofisismo y Calcedonia
a) El Monofisismo
Representantes son Dióscoro y Eutiques
El monofisismo (una sola naturaleza, la divina), hacía prevalecer la divinidad del Verbo que sacrificaba la humanidad auténtica de Jesús, haciendo que la absorbiera la divinidad[14].
b) Concilio de Calcedonia (451).
Formula los siguientes elementos:
Usa una terminología certera y clara, hasta hoy vigente, extra bíblica, tomada del lenguaje filosófico. Usa equivalentemente «persona» y «sustancia o subsistencia», distinguiéndolas claramente de «naturaleza». El término persona, responde a «¿quién es?», y naturaleza a «¿qué es?».
Estructura literaria:
Un sujeto, «uno y el mismo», que se repite tres veces y del que se dicen dos columnas de predicados, una referida a la humanidad y la otra a la divinidad.
Contenido:
Incluye la tradición precedente. Jesucristo perfecto en la divinidad (contra Arrio) y perfecto en la humanidad (Contra Apolinar). Lo mismo cuando dice respectivamente: «Dios verdadero y hombre verdadero» y, cuando agrega «consustancial con el Padre» y «consustancial con nosotros». Contra Nestorio al distinguir entre el engendramiento eterno y el temporal en María.
Su aporte específico es señalar el cómo de la unión hipostática (en la persona del verbo).
Fórmula:
«...se ha de reconocer a UNO sólo, el mismo Cristo Hijo Señor Unigénito EN dos naturalezas[15]...; que se unene en la Hipóstasis (hipo: “bajo, debajo”; stasis: “estar de pie”): “lo que subyace, lo que da subsistencia a la persona.
Entonces, dos naturalezas en la Persona (Verbo); Él ejerce la naturaleza humana y la divina. En un solo sujeto, en una sola Persona concurren dos naturalezas que están unidas:
Sin confusión: Contra Eutiques –monofisitas– (que planteaba la absorción de la humana en la divina) las naturalezas no se confunden o mezclan;
Sin Cambio: Contra Arrio (que decía que dejaba de ser Verbo para ser hombre o confusión de una con otra: una en otra el Verbo no se cambia en hombre al encarnarse);
Sin dividirse: Una vez unidas las naturalezas de Jesús quedan íntimamente unidas, ya no puede darse “autonomía” de ellas (contra la yuxtaposición de Nestorio y monofisismo);
Sin separación posible: También ya no pueden separarse, unidas para siempre; conservando, eso sí, su distinción (contra Eutiques).
8) Constantinopla II (553) y III (680-681)
a) Constantinopla II (553)
El Concilio de Constantinopla II confirma y esclarece algunos puntos que habían quedado algo oscuros en Calcedonia:
v En Jesucristo hay una sola Persona, aún después de la unión del Verbo con la naturaleza humana;
v En Jesucristo hay dos naturalezas; estas naturalezas permanecen con sus propiedades después de la unión: «Unión de las dos naturalezas según composición (no yuxtaposición) en la naturaleza del Verbo» (DH 425);
v La unión con la naturaleza humana y divina se llama unión hipostática: «El Verbo de Dios se unió a la carne según la hipóstasis y por eso es una sola hipóstasis de él» (DH 426);
v La unión se realiza porque el Verbo se une a la carne (completa);
v Esta unión es en la hipóstasis o persona.
b) Constantinopla III (680–681)
Por su parte el Concilio Constantinopla III combate contra el monoenergismo: En Jesucristo sólo puede haber una acción divina-humana y el monotelismo: En Jesucristo sólo puede haber una sola voluntad. El concilio define:
v En Jesucristo hay dos voluntades, sin mezcla, sin división, sin cambio, sin separación (DH 555);
v Esas dos voluntades no son contrarias: la humana sigue a la divina (DH 553);
v También hay en Jesucristo dos operaciones: una divina y otra humana, que no se contradicen sino que la divina potencia y hace más perfecta a la humana (DH 556).
[1] Es una especie de «santo y seña», señal.
[2] “A lo largo de la historia, la Iglesia se ve obligada a reformular los datos cristológicos del N. T. por varias razones:
a) La lectura de la SS. EE. hecha continuamente bajo la luz del Espíritu Santo, lleva a la Iglesia a descubrir nuevos e importantes aspectos del misterio de Jesucristo.
b) La defensa de la fe contra los errores obliga a la Iglesia a reformular lo que es necesario creer y lo que es accesorio.
c) El encuentro con una nueva forma de pensar – la griega, la romana, la germana – lleva a la necesidad de explicar el misterio de Cristo en nuevos idiomas y culturas.
d) El interés por explicar más las verdades de fe, destacar el contenido salvador y sus consecuencias prácticas conducen a una ampliación de la visión de Jesucristo”. Cf. Jesús el Cristo, curso fundamental de cristología, Maximino Arias Reyero, Santiago, abril 1997, 7ª edición, pp. 289-290.
[3] En griego significan accuerdo, confesión (de fe o de pecados).
[4] Surgen debido a la dificultad de cómo relacionar a Jesús con Dios Padre: ¿dos dioses? ¿Cómo salvar el monoteísmo? Surgen las herejías como «malas soluciones al problema (Adopcionismo, subordinacionismo, monarquianismo).
[5] Ellos no aceptan la encarnación (mundo material es malo): «Dios no puede haberse encarnado». Además Jesús sería un eón (Cualquiera sería un eón, también Jesús, al nivel de cualquier otro miembro de este sistema (lo reduce). Este sistema “explicaría” todo...
[6] En griego “conocimiento”. Movimiento filosófico-teológico que considera el conocimiento como lo decisivo para la salvación. Nace antes del cristianismo con elementos de diversas culturas antiguas. Adquiere fuerza en el mundo judío y heleno desde el siglo I aC. Y se prolonga, también con elementos cristianos, hasta el siglo IV dC. Es dualista; el espíritu ha de ser liberado de la cárcel de la materia por medio del conocimiento en etapas sucesivas. Contiene elementos compatibles con el cristianismo, los cuales subyacen en algunas de sus expresiones. Otros contaminaron la fe y provocaron reacciones fuertes ya en escritos neo-testamentarios, como 1 y 2 Cor, Col, 1Jn, Judas. Posteriormente varias sectas heréticas, como los docetas y los valentinianos, aunque divergentes entre sí, profesaron ideas gnósticas, que incluían una visión negativa de la creación, negación de la encarnación, de la muerte y resurrección de Cristo, substitución de los sacramentos por ritos gnósticos mágicos, cambio del canon de las escrituras, etc. (Cf. Gnosis / Gnosticismo en Diccionario de términos religiosos y afines, Aquilino de Pedro, Editorial Verbo Divino – San Pablo, 4ª edición, Madrid 1998, p.117)
[7] Desea salvar el monoteísmo; es un adopcionista en el fondo. La segunda Persona de la Trinidad sería una creatura: Dios lo adopta como hijo (Jn 17,3; 14,28): Dios más grande que yo. Sólo u Dios, por lo que el Verbo es creado de la nada. Toda cosa que proceda de otra es menor: si Jesús tuvo un origen ya no puede ser como el Padre, por lo que sería inferior.
[8] “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo”.
[9] “Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo”.
[10] Toma Símbolo de Antioquía de Siria y le agrega términos.
[11] Unigénito; consubstancial; ahora en griego, primera vez términos extra bíblicos: las escrituras ya no bastan; (Vr. Griego).
[12] Ofrece solución a la unión del Logos y la Carne. El Logos se encarna en una naturaleza humana sin nous (parte intelecto), cumpliendo ese rol el Verbo Eterno; así se unen 2 seres incompletos haciendo 2 seres completos.
*Pertenecía a la Escuela Teológica Alejandrina, de línea más abstracta, lógica, filosofía platónica, de exégesis más especulativa, más espiritual –que también era una tendencia espiritual–, diferente de la:
*Antioquena que era más concreta, relacionada con lo concreto de las cosas, exégesis literal de las cosas.
[13] Salva la verdadera humanidad de Cristo (en vista de Apolinar): En Cristo sí hay verdadera humanidad, pero su problema está en que no acepta la unidad: «María no dio a luz también al Hijo Eterno del Padre. Fue Monje antioqueno designado patriarca de Constantinopla en el año 428; hombre de palabra cálida y celoso predicador contra las herejías, asceta en su propia vida y reformador del pueblo, se ganó en seguida la admiración popular. (Cf. Nestorio en Diccionario de términos religiosos y afines, Aquilino de Pedro, Editorial Verbo Divino – San Pablo, 4ª edición, Madrid 1998, pp. 189-190).
[14] El monoficismo considera que la Potencia Divina anula la natraleza humana: «es hombre, pero dominado totalmente por la divinidad».
[15] «EN DOS..», έκ δύο; έκ es una preposición estática que inidca en donde, de donde sale.
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1 comentario:
La importancia capital de la crítica a la doctrina judaizante de la Iglesia, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para deslindar objetivamente el camino ecuménico. Y darnos cuenta de la felonía moral que cometió San Pablo en sus epístolas al desviar el movimiento cristiano inicialmente laico, hacia la ecumene Abrahámica que conduce al abismo de la perdición eterna. Cambiando la __objetividad de los hechos y enseñanzas de Cristo hombre narrados en los Evangelios, como ejemplo de lo que es la trascendencia humana patente en Cristo y, como alcanzarla practicando el altruismo, el misticismo y el activismo social intensos__ por la subjetividad de la explicación teológica para seguir a Cristo resucitado, practicando la el culto, el rezo, el rito y la lectura bíblica. Convirtiendo en religión el movimiento cristiano, con el fin de que los judíos cristianos siguieran cumpliendo la ley de Israel o Torah, y los cristianos no judíos ayudaran a Israel a llegar a ser la principal de las naciones. http://es.scribd.com/doc/73578720/CRITICA-A-LA-CRISTOLOGIA-DE-SAN-PABLO
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